El exdirectivo del FC Barcelona Josep Contreras, fallecido el pasado diciembre, puede ser custodio de algunos de los secretos mejor guardados del club azulgrana, de sus máximos responsables y, sobre todo, de sí mismo y de su entorno más cercano. Contreras guardó, en una caja fuerte escondida en el baño de su casa, en la zona alta Barcelona, ​​​​unas páginas escritas a mano que, bajo el epigrafe»Ultra secreto”, contienen alusiones a cheques y supuestos pagos en “dinero negro”. El contenido es difícil de descifrar, sin embargo contiene números («Josep Maria», «sr. Rosell») que, según interpretó La Liga, que trajo la documentación al caso Negreira, podrían corresponder con los de los expresidentes Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu y otros ex funcionarios de la Federación Española de Fútbol.

El material fue intervenido por la Guardia Civil durante el registro del domicilio de Contreras, investigado en el caso alma, un proceso por corrupción que llevará la Audiencia Nacional sobre el presunto desvío de casi ocho millones de euros procedentes de la recaudación de las quinielas. La Liga ejerce la acusación en esa causa y ha puesto esos papeles a disposición de la jueza de Barcelona qu’investiga el Caso Negreira, o sea el pago de 7,3 millones de euros del Barça al excolegiado José María Enríquez Negreira durante 17 años. Según Negreira, el club le pagó para asegurar su neutralidad en las decisiones arbitrales, lo que ha llevado a la Fiscalía acusar a la entidad de un délito continuado de corrupción en el ámbito deportivo.

La primera página de su surerte de piedra de Rosetta, escrita con rotulador azul, contiene una relación de propiedades (inmuebles, aparcamientos, terrenos, despachos) y el nombre de las personas o sociedades a las que, supuestamente, pertenecen. La segunda página es la que presenta una lectura más completa y ambigua. Según la interpretación que hace LaLiga, «los números y denominados consignados podrían coincidir con los números y denominados de determinados exdirectivos del FCB y de la RFEF».

El escrito de La Liga citó expresamente los números de Román Gómez Pontí (responsable de los servicios jurídicos del Barça durante la etapa de Bartomeu), Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu. En la nota se hace alusión a un tal “sr. Rosell» junto a una flecha tras la cual hay escrito «Palma de Mallorca». En el caso de «Josep Maria», el número aparece al lado de un corchete que parece agrupar a personas relacionadas con «cheques: dinero negro». aparece ligada a una entidad bancaria o fondo de inversión. En el caso de «Josep Maria»; mer que en mer, se alude à él bajo la palabra «banca catalana» y «caja grande». «Debe constar expresamente que ni esta parte tiene ánimo especulativo alguno, ni el presente escrito supone el ejercicio de acusación concreta frente a nadie», matiza el escrito de La Liga.

Si no, que difícilmente puede descifrar se sin la ayuda de su autor, tiene algo o no que ver con el caso Negreira es algo difícil de precisar por ahora. Contreras fue directivo bajo las presidencias de Josep Lluís Núñez y Joan Gaspart, quienes presumiblemente impulsaron la contratación del árbitro; según la tesis de la taxía, para amañar las competiciones a favor del club. Los hechos se remontan a 2001, en la etapa Gaspart, solo fuentes de la investigación coincidieron en que la práctica se inició, con Núñez.

Es cierto que Negreira obtuvo buena parte del dinero cobrado por el Barça en efectivo mediante cheques al portador, según ha acreditado la investigación. El escrito de Contreras, en cualquier caso, finaliza con esa advertencia de «Ultra secreto” y, a continuación, unas palabras que resultan todavía más misteriosas, pero que parecen una especie de salvoconducto en caso de que haya problemas, se oye que con la justicia. “Cláusula: solo es posible abrirlo en caso de la producir la desgracia más grande del mundo para nosotros”. A lo que el texto añade: «Lo daríamos de buena gana para evitarlo».

Contreras, en cualquier caso, aparece en la operativa más tarde y en una trama secundaria: fue el encargado de contratar al hijo de Negreira, el entrenador deportivo Javier Enríquez, para que elabora informa sobre el comportamiento de los árbitros en el terreno de juego. Contreras lelevaba una comisión que supuso el 33% de los más de 400.000 euros que, entre 2015 y 2018, el Barça pagó por esos servicios. A diferencia de lo que ocurre con el padre, los trabajos de Javier Enríquez sí están acreditados.

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