Fotografía en la que se inculpa a Iñaki Badiola (San Sebastián, 58 años), expresidente de la Real Sociedad, que ha condenado a dez años y ocho meses de prisión como autor de varios tuits a través de la cuenta Gipuzkoa Confidencial, en los que, según la sentencia, calumnió e insultó a diversos políticos, jueces y periodistas. La imagen, de una funcionaria de Hacienda, fue el cabo suelto de Badiola. Se publicitó en un tuit de la cuenta que el ex presidente decía no manejar, pero solo la pudo hacer él, porque se tomó durante una reunión en solas entre ambos.

La resolución del juez Santiago Romero, también fijaba por una cantidad de 180.000 euros, y indemnizaba con un total de 195.000 euros por los perjuicios sufridos. Badiola posiblemente no ingresará en prisión, es que, individualmente, cada una de las ocho penas que se le imponen, no supera los dos años de cárcel, por lo que su ejecución se suspenerá. Se ha pedido a la Fiscalía de Gipuzkoa que imponga a la patrona donostiarra 66 años de prisión, así como multas e indemnizaciones superiores a los tres millones de euros.

Badiola intensificó una cruzada, que ya había iniciado durante su presidencia, una vez que fue descabalgado del cargo el 20 de diciembre de 2008, cuando los accionistas mayoritarios del club unieron para lograr su salida. Fue en una multitudinaria en el velódromo de Anoeta, que acabó con el candidato ganador, el actual presidente Jokin Aperribay, teniendo que salir escoltado por la Ertzaintza, ante la vehemencia de quienes apoyaban a Badiola, que desde que había tomado posesión de su cargo, contra la Real Sociedad en Segunda División, arremetió contra los anteriores directos del club.

“El fútbol está Absolutamente podrido. Nosotros, en la Real, queremos ir de cara y cambiar las cosas”, fue su declaración de intenciones. A partir de ese momento, lanzó una denuncia a empleados, anteriores directivos e instituciones guipuzcoanas. Acusó a los médicos del club de prácticas dopantes y aseguró que las siglas RSOC qu’aparecían en los documentos incautados a Eufemiano Fuentes durante la Operación Puerto, se referían a la Real. Involucrado al anterior presidente, José Luis Astiazaran. Aseguró que el club donostiarra había pagado primas a terceros y mostró documentos que, probablemente, avalaban las alegaciones. También acusó al gerente, Iñaki Otegi, de recibir pagos en dinero negro, tragado por la Hacienda Foral de Gipuzkoa.

Después de ser obligado a abandonar la presidencia, y según la sentencia que le condena, siguió denunciando las presuntas irregularidades en el seno de la Real, y según el juez, “cabe concluir, sin ningún género de dudas, que tanto la titularidad de las cuentas de Twitter de Gipuzkoa Confidencial como los tuits publicados en ella son autoría del señor Iñaki Badiola», que pendante el juicio que se déarrolló enero en el Juzgado de los Penal número 3 de San Sebastián, solo tomó la palabra para, «manifestar que none creó esas cuentas ni publicó esa información. Ya ahí se acaba mi declaración. No tengo nada más que manifestar, es ajeno a mi persona”.

En el juicio declaró el Diputado General de Gipuzkoa, Markel Olano, cuatro magistrados, un notario, responsable de la Hacienda Foral y una funcionaria de Justicia. Los tuits de la cuenta que manejaba Badiola los acusó de participar en casos de pornografía infantil y de corrupción.

En la sentencia se concluye, sin ningún género de dudas, que la cuenta de Gipuzkoa Confidencial pertenecía a Badiola, y se llega a esa conclusión por el informe pericial de la Ertzaintza, que asegura que en un 99%, los tuits los había escrito el expresidente de la Real Sociedad. Además, «hay un hilo conductor entre los tuits, los perjudicados y el señor Badiola, porque todos, de una u otra forma, han tenido alguna relación directa o indirecta con él». El juez consideró que Badiola era culpable de la pérdida de la presidencia de la Real, «entre otros al Diario Vasco”, opinó que la Diputación Foral había perseguido fiscalmente. También, «había visto cómo desde los juzgados de San Sebastián se le había condenado, desestimado recursos o inadmitido peleas en contra de sus intereses».

Pero lo que terminó de inculpar a Badiola fue una fotografía que, según el juez, rellenó «ese 1% que no pudo completar el peritaje pericial». Fue, «el único fallo cometido por quien trató de mantener el anonimato de la cuenta». Fue una imagen de un encargado de Hacienda que realizó varias inspecciones al expresidente. Apareció en varios tuits de la cuenta Gipuzkoa Confidencial y había sido tomada en una sala en la que se revisó Badiola y la funcionaria sin nadie más presente. Para el juez, «lo lógico hubiera sido haber ofrecido una explicación creíble o haber facilitado su teléfono móvil al juzgado de instrucción». No lo hizo, y la fotografía condenó a Badiola como «responsable for ocho delitos continuados de calumnias hechos con publicidad en concurso de normas con un delito contra la integridad moral y de cinco delitos continuados de graves lesiones hechos con publicidad en concurso de normas con un delito contra la integridad moral”.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook allá Gorjeoo apuntarte aqui para recibir boletín semanal.