El período no parece propicio para la inversión en alquiler. Las tasas de interés están subiendo, aumentando el costo de las hipotecas y recortando la rentabilidad de la inversión. El acceso a los préstamos se ha vuelto más complejo. Y se han incrementado las restricciones reglamentarias asociadas al alquiler de alojamiento.

Desde 2015, el contrato de arrendamiento debe proporcionar al inquilino un contrato de arrendamiento estándar en lo que respecta a su residencia principal. También se le deben realizar diversos diagnósticos, como la observación del riesgo de exposición al plomo, desde 2008 (para viviendas construidas antes de 1948), o la del estado de la instalación interior de electricidad o gas, desde 2017 (si la instalación tiene más de quince años). Sin olvidar el diagnóstico de desempeño energético (DPE), obligatorio desde 2007 y exigible desde julio de 2021; en otras palabras, el inquilino puede obtener una reparación si cree que hay un error.

Otro revuelo, la prohibición paulatina del alquiler de los alojamientos de mayor consumo energético. Los que consuman más de 450 kWh por metro cuadrado al año ya no podrán ser alquilados desde el 1oh Enero de 2023. Le tocará el turno a las viviendas etiquetadas F o G por una DPE, entre 2025 y 2028, luego el de las viviendas E, en 2034. Las viviendas F o G ya no podrán subir el alquiler desde agosto de 2022.

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Algunos de los donantes que no pueden o no quieren realizar la obra venden su propiedad y se retiran así del mercado. Para 2022, el sitio SeLoger tiene así observado una caída en el volumen de anuncios de ubicación del 40% para pasivos térmicos – bienes clasificados F o G (frente al 25% para los demás). Al mismo tiempo, ha aumentado el número de anuncios de venta de estas viviendas: constituyeron el 19,2% de los anuncios en 2022, frente al 11% entre 2018 y 2020.

Finalmente, en algunas grandes ciudades, como París, Lille, Lyon, Burdeos o Montpellier, también existe un control de alquileres que limita la rentabilidad. Si estas medidas apuntan en particular a proteger mejor a los inquilinos, Christophe Demerson, presidente de la Unión Nacional de la Propiedad Inmobiliaria (UNPI) cree que “todo esto desanima a los inversores”.

Fuerte demanda de alquiler

Sin embargo, no todo es negro. Primero, porque la demanda de alquiler es particularmente fuerte. Según el observatorio de alquileres de Clameur, alimentado por federaciones inmobiliarias profesionales y las principales redes de agencias, actualmente la vivienda en el mercado se alquila rápidamente: se tarda una media de una semana y media para las casas y entre quince y veinte días para los apartamentos.

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