El segundo golpe puede ser el correcto. Tras anunciar una espectacular rebaja de sus precios a finales de enero sin que esta decisión causara sensación en Europa, la nueva ofensiva que acaba de lanzar Tesla debería llevar a sus competidores a reconsiderar su política comercial. Este movimiento a la baja podría reequilibrar, o incluso transformar, un mercado de coches eléctricos en el que los fabricantes han impuesto hasta ahora sus condiciones.
El reajuste anunciado por Tesla en Europa y Estados Unidos es de gran envergadura y afecta a todo su catálogo. El Model Y, fabricado en la nueva factoría de Berlín, vio bajar su precio, el viernes 14 de abril en Europa, por debajo del umbral de los 47.000 euros, lo que le permite, además, beneficiarse del llamado “bono ecológico”, de un importe máximo de 5.000 euros para personas físicas. El Model 3 ya está disponible desde 41.900 euros, aproximadamente el precio de un Renault Mégane e-Tech o un Volkswagen ID.3.
Tesla evoca el aumento de sus capacidades productivas y asegura su voluntad “para acelerar la transición a las energías renovables” democratizando sus productos. La marca americana se encuentra en una situación favorable que le permite hacer frente a la fuerte demanda tras haber reducido sus plazos de entrega. Ahora puede operar su planta de Shanghái, interrumpida durante mucho tiempo por la epidemia de Covid-19, a toda velocidad, así como la nueva unidad de Berlín, que superó el hito de 5.000 vehículos por semana.
Sacrificio de márgenes
En términos más generales, la contracción del poder adquisitivo de los consumidores europeos, las señales de una ralentización en la entrada de pedidos, incluso la hipótesis de una ralentización económica a finales de año, pero también la relativa relajación de la escasez de componentes electrónicos, animan a la gente a tomar partes del mercado sin demora, incluso si eso significa sacrificar el margen unitario de cada vehículo vendido.
Tesla, cuyas ventas aumentaron un 40% en 2022, produjo 440.000 coches en los primeros tres meses de 2023, logrando el mejor primer trimestre de su historia. Según la firma, el plazo de entrega de un modelo de la marca es, en Francia, actualmente inferior a los tres meses.
“No veo cómo este aumento de la capacidad de producción del líder mundial en coches eléctricos no pueda influir en otros fabricantes, sobre todo porque al mismo tiempo están llegando al mercado nuevas marcas, sobre todo chinas”, estima el consultor automotriz Olivier Hanoulle, socio de Roland Berger.
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