¿Cómo saber si tal o cual escuela es una buena escuela secundaria? Esta pregunta surge persistentemente entre los padres de los estudiantes. El Ministerio de Educación Nacional lleva treinta años tratando de dar una respuesta publicando cada año a fines de marzo los indicadores de valor agregado (IVAL) de estos establecimientos. Una respuesta que no se basa en una clasificación unidimensional sino en la intersección de varios criterios.

Los índices brutos de aprobados de bachillerato y de honores, que dan una indicación de los resultados finales del bachillerato, se complementan con los valores agregados de los establecimientos sobre estos dos criterios. Estos resultan de la diferencia entre esta tasa bruta y la tasa esperada, índice calculado de acuerdo al perfil académico y social de los estudiantes del establecimiento, pues no todas las escuelas secundarias obviamente acogen el mismo perfil de estudiantes.

“Es fundamental un enfoque de valor agregado porque las tasas brutas no permiten diferenciar lo que se debe a la acción del establecimiento de lo que se debe a las habilidades ya desarrolladas por los estudiantes antes de su ingreso a la escuela secundaria”, insiste Fabienne Rosenwald, al frente de la dirección de la evaluación, la prospectiva y el desempeño (DEPP) a cargo de este espinoso expediente dentro del ministerio. La DEPP también añade la «tasa de acceso», así como su valor añadido, a saber, la capacidad de la escuela para apoyar a los estudiantes de 2de hasta la graduación.

Esta metodología da lugar a cinco familias de liceos, representadas en el siguiente gráfico: las selectivas, las exitosas, las neutras, las “que no cumplen con las expectativas” y las guías. Para definir estas categorías se cruzan dos indicadores: el «valor añadido de la tasa de éxito», que permite saber si una escuela va mejor de lo esperado en relación con el perfil de sus alumnos, y el «valor añadido de la tasa de apoyo», que da la capacidad de un establecimiento para llevar a todos sus alumnos al bachillerato.

“Una herramienta para la transparencia”

De las 2.249 escuelas secundarias con más de 30 estudiantes de bachillerato y cuyos datos consideramos, 327 se dicen “eficientes”. Por lo tanto, tienen mejores resultados de lo esperado, al tiempo que retienen a sus estudiantes. Entre ellos, 247 son públicos.

379 pertenecen a la familia de liceos seleccionados. ¿Su particularidad? Presentan mejores resultados que la media pero no mantienen a todos sus alumnos entre los 2de y la terminal Esta categoría incluye más escuelas secundarias privadas bajo contrato (246) que escuelas secundarias públicas (133).

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