La apnea del sueño puede tener graves consecuencias no solo en la calidad de vida y la salud de las personas en duelo, sino también, según un nuevo estudio, en sus funciones cognitivas. Cuando se combina con otros síntomas (sueño fragmentado, micción varias veces por noche, dolor de cabeza al despertar, somnolencia diurna, irritabilidad, dificultad para concentrarse o recordar), los ronquidos pueden ser un signo del síndrome de apnea del sueño. Este trastorno respiratorio, aún muy poco detectado, es extremadamente común.

Según uno estudio bibliográfico publicado en julio de 2019 en la Lanceta Medicina Respiratoria, casi mil millones de adultos entre 30 y 69 años (tanto hombres como mujeres) sufren apnea obstructiva del sueño grave. Y su incidencia aumenta con la edad -el envejecimiento está, de hecho, asociado a una pérdida de flexibilidad en las vías respiratorias- y el peso en los adultos.

“En Francia, su prevalencia es de alrededor del 15% en la población adulta general.explica Marie-Pia d’Ortho, neumóloga y jefa del departamento de exploraciones multifuncionales y del centro del sueño del Hospital Bichat (AP-HP). Si tenemos en cuenta la población que padece una patología cardiológica o metabólica, su prevalencia se sitúa entre el 40% y el 60%, y cuando estas patologías son especialmente graves, como la hipertensión arterial resistente, se alcanzan tasas del 80 al 90%. »

Falta de suministro de oxígeno

En concreto, la apnea obstructiva del sueño se caracteriza por una reducción total o parcial del flujo respiratorio. Ocurre después de la obstrucción completa (apnea) o parcial (hipopnea) de las vías respiratorias superiores durante el sueño y produce episodios de falta intermitente de suministro de oxígeno. «Es como si alguien te tapara la cabeza con una almohada unas 20 veces por hora»explica vívidamente Renaud Tamisier, neumólogo del Hospital Universitario de Grenoble y también vicepresidente de la Sociedad Francesa de Investigación y Medicina del Sueño.

«Se define en particular por un índice de apnea e hipopnea por hora: más allá de cinco y con una duración mínima de diez segundos, se considera que hay un trastorno respiratorio leve, más allá de quince por hora, es una apnea reducida, más allá de treinta por hora, hablamos de apnea severa. Pero, para clasificarlo con precisión, añadimos otros criterios (comorbilidades y síntomas)”dice Marie-Pia d’Ortho.

Los principales factores de riesgo son la edad, el sexo, el peso y el consumo de alcohol. Sin tratamiento, la apnea del sueño no está exenta de riesgos. Puede conducir a complicaciones cardiovasculares, al desarrollo o agravamiento de la diabetes tipo 2. La falta intermitente de oxígeno promueve niveles elevados de azúcar en la sangre y resistencia de los tejidos a la insulina. En sujetos con comorbilidades, los estudios han demostrado que la apnea del sueño también es responsable de una disminución de las capacidades cognitivas debido a la reducción de la oxigenación del cerebro.

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