Adictos al diésel desde hace más de veinticinco años, las flotas de las empresas luchan por eliminar el diésel que aún corre por sus venas. Esta es la observación sin reservas de la ONG Transport & Environment, cuyos estudios recientes ponen de manifiesto no solo la falta de esfuerzo de las flotas para electrificar sus flotas de vehículos, sino también la responsabilidad de las empresas de alquiler a largo plazo, lo que frenaría el auge de los vehículos eléctricos en empresas cobrando de más sus alquileres.

Según esta ONG, “En 2022, el 66% de las empresas, el 64% de los entes locales y el 87% de las administraciones no han alcanzado las cuotas legales para la ecologización de sus flotas”. Considera que estos objetivos de ecologización, que “basadas esencialmente en la buena voluntad de las empresas y administraciones afectadas, no van acompañadas de ninguna formación para los gestores de flotas, ningún control, ni ninguna sanción. Por lo tanto, no hay ningún incentivo para respetarlos..

Cambiar los hábitos de los empleados

La Ley de Clima y Resiliencia de 2021 impone para 2022 que las flotas de más de 100 vehículos adopten una cuota del 10% de vehículos híbridos eléctricos y recargables como parte de la renovación de su flota. Pero este primer paso probablemente fue demasiado difícil de lograr en un año. Ante la subida de los tipos de interés y de los costes de mantenimiento de sus vehículos, las flotas de empresas han absorbido al mismo tiempo el aumento de los precios de los coches y una drástica reducción de los descuentos para grandes cuentas concedidos por los fabricantes. En total, se ha registrado un incremento del 15% al ​​25% en los costes de gestión de flota. En consecuencia, ante plazos de entrega del orden de ocho a doce meses, un buen número de decisiones de adquisición de vehículos eléctricos dieron paso a ampliaciones de contratos relativas a vehículos de combustión interna ya en flota.

Para Bart Beckers, director general adjunto de la empresa de alquiler Arval (grupo BNP Paribas), “Lo más importante ahora es que las dificultades logísticas entre los fabricantes de automóviles se están resolviendo”. “Teníamos 300.000 vehículos en cartera a finales de 2022”, él dijo. Apenas visible en «Radar» de Transporte y Medio Ambiente, sin embargo, las matriculaciones de vehículos eléctricos cayeron un 25% el año pasado, o 53.570 unidades, subraya el Observatorio de Movilidad Arval. Pero la transición de térmica a eléctrica en una empresa parece tener que llevar tiempo y pasar por una fase de gestión del cambio.

Te queda el 58,03% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.