Los arqueólogos lo dicen a menudo, a veces con malicia no disimulada: su trabajo es a menudo explorar los cubos de basura del pasado porque nada habla mejor de una sociedad antigua que su basura. Pero también ocurre que los cubos de basura de hoy revelan trabajo a estos investigadores, como es el caso de Bellegarde, en el Gard, donde la ampliación de un centro de tratamiento y enterramiento de residuos muy actuales dio lugar a una excavación excepcional, realizada por el Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap) en 2016. Excepcional en cuanto al área excavada -6 hectáreas de las 25 del sitio-, por la duración de los trabajos -en once meses han pasado un total de setenta personas por el yacimiento-, por el período que abarca -veintidós milenios- y por el hallazgo de raras placas prehistóricas grabadas, anunció a la prensa el jueves 30 de marzo.

“Tenemos los restos de la vida cotidiana de los grupos humanos durante veintidós mil añosresume Marilyne Bovagne, arqueóloga del Inrap y responsable de la operación. Durante el sondeo preliminar realizado en 2015 se representaron todos los grandes períodos: el Paleolítico Superior, el Neolítico, la Edad del Bronce, la Edad del Hierro, la Antigüedad, la Edad Media… Incluso hay una huerta que data del siglo XVI.mi siglo. » Todas las épocas combinadas, mil estructuras fueron desenterradas durante las excavaciones.

Situado a los pies de las Costières, este lugar nunca ha dejado de ser atractivo, probablemente por la fuente que lo abastece de agua, pero también por sus recursos naturales: madera, caza, presencia de arcilla que será utilizada por los alfareros ( se han descubierto dos antiguos hornos gemelos) y guijarros de pedernal, preciosos para los humanos prehistóricos, que siguieron regresando, durante milenios, a este campamento al aire libre. Para ellos, la ubicación con vistas a la Camarga era estratégica “observar el paso de las manadas de herbívoros -caballos y renos- que en aquella época eran cazados”, especifica Vincent Mourre, prehistoriador del Inrap y subjefe de las excavaciones necesarias en Bellegarde.

Placa grabada con vulva.

Como lo indica la datación por carbono 14, estamos 20.000 años antes de nuestra era, al comienzo mismo del Magdaleniense (una de las subdivisiones del Paleolítico Superior). “Este término agrupa un conjunto de expresiones culturales cuyo foco está en el suroeste de Francia, con extensión al Ródano, y que posteriormente irán desde la Península Ibérica hasta Polonia”, explica Vincent Mourre. El Magdaleniense se caracteriza por la explotación del reno –mamífero de las zonas frías, pero nos encontramos entonces cerca del último máximo glacial–, pedernales tallados muy específicos, con láminas en particular muy troceadas, una industria en materiales animales duros (cuernos de cérvidos y huesos) y, por supuesto, representaciones artísticas, siendo la más conocida la cueva de Lascaux.

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