¿Cuál es la cara de la tecnología francesa? ¿Un geek programando mientras trabaja a distancia en París o un ingeniero en una fábrica en Lorraine? En sus inicios, French Tech Nation había apostado por lo digital, con cierto éxito. Han surgido campeones con servicios al consumidor como Doctolib, especialista en concertar citas médicas, o BlaBlaCar, en carpooling.
Pero, desde hace cuatro años, el Estado se ha centrado en otro tipo de start-up para desarrollar este ecosistema: el foco está en empresas resultantes de la investigación básica, capaces de ofrecer innovaciones rompedoras en campos como la alimentación, la energía, el espacio o la soberanía digital, y así promover la reindustrialización de Francia… armado con el estado para financiar las nuevas empresas francesas.
Objetivo: 500 nuevas empresas por año para 2030 y 100 nuevos sitios industriales que se crearán cada año para 2025. La meta aún no se ha alcanzado, pero la trayectoria es positiva. El año pasado se crearon 320 start-ups, un 27% más que en 2021, y la recaudación alcanzó la cifra récord de 2.600 millones de euros.
“Dar una señal al mercado”
Según los datos definidos por Bpifrance, publicados el martes 28 de marzo, este nuevo sector cuenta ya con 50.000 puestos de trabajo para 1.800 jugadores y una treintena de ellos ya emplean a más de 250 empleados. Dos tercios de estas empresas emergentes se encuentran fuera de Ile-de-France. En 2022, Afyren, actor de la química verde, levanta así su fábrica en Saint-Avold, en Moselle, mientras que Ynsect, especialista en proteínas de insectos, se instala al norte de Amiens. Y han surgido cinco primeros unicornios, estas start-ups valoradas en casi 1.000 millones de euros: OVHCloud, Ledger, Owkin, Exotec, Shift Technology.
Con base en estos resultados, el Estado está fortaleciendo sus medios para apoyar a estos jóvenes brotes. Parte del plan Francia 2030 anunciado en abril de 2022 asigna a Bpifrance 2.300 millones de euros adicionales para promover nuevas empresas y pymes industriales. Por su parte, el Ministerio de Educación Superior liberó a principios de año un tramo de 500 millones de euros para los centros universitarios de innovación que deben generar proyectos emprendedores. También se lanzó en diciembre de 2022 un fondo destinado a la industria (FNVI), dotado con 350 millones de euros, con la perspectiva de participar en captaciones de hasta 250 millones de euros.
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