El cerco al que las fuerzas israelíes someten desde el pasado viernes al principal hospital de Gaza ha obligado a excavar una fosa común en el complejo sanitario Al Shifa, en la capital de la Franja, para decenas de cadáveres en riesgo de descomposición, entre ellos los de siete bebés prematuros desconectados de las incubadoras por falta de energía. Los responsables del hospital aseguran haber dado sepultura a entre 120 y 180 cuerpos, según distintos testimonios citados por las agencias internacionales de noticias. El hospital carece de comida, agua y electricidad. Junto a unos 650 pacientes, entre ellos 36 bebés prematuros, que no pueden ser evacuados, se agolpan unos 7.000 civiles desalojados de sus casas por los combates y que buscaban refugio junto a sus instalaciones. “La situación en Al Shifa es inhumana”, ha advertido Médicos Sin Fronteras a través de las redes sociales.
Israel mantiene bajo asedio militar el recinto hospitalario, donde considera que se oculta uno de los principales puestos de mando de las milicias de Hamás. En las últimas horas, el Ejército se ha ofrecido a enviar incubadoras portátiles y combustible para los generadores eléctricos, pero ni la dirección del centro ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) creen que se den garantías de seguridad para los pacientes ante la presencia de francotiradores y drones armados cerca de Al Shifa, en medio de la guerra abierta que se libra en el enclave palestino desde hace semanas. Los portavoces militares israelíes también afirman haber abierto una vía de evacuación, lo que desmienten los responsables sanitarios palestinos.
La OMS ha notificado 20 muertes de pacientes en el centro en las últimas 48 horas. El organismo de la ONU califica de “tarea imposible” la evacuación del complejo sanitario Shifa. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha señalado que “el hospital debe ser protegido” y ha pedido a las autoridades israelíes que ejecuten “acciones menos intrusivas” en su entorno.
Los portavoces castrenses de Israel aseguran haber tomado el control de los principales edificios públicos de la capital de Gaza —como el Parlamento, los ministerios y los puestos policiales—, convertida en un campo de batalla arrasado, de donde han huido más de un millón de personas desde el inicio de la guerra. “Hamás ha perdido el control de Gaza y sus combatientes han huido hacia el sur”, aseguró en la noche del lunes el ministro de Defensa Israelí, Yoav Gallant.
4.600 niños muertos
Un ataque de las milicias islamistas causó el pasado 7 de octubre la muerte de unas 1.200 personas (tres cuartas partes de ellas civiles) en Israel y otras 240 fueron secuestradas y llevadas a Gaza. Las dos terceras partes de los 2,3 millones de habitantes de la Franja se han visto desplazados por el conflicto, que se ha cobrado la vida de al menos 11.320 personas en Gaza, entre ellas más de 4.600 niños y 3.100 mujeres, según las autoridades sanitarias locales del Gobierno de Hamás. La misma fuente sostiene que 25 de los 35 hospitales del territorio costero palestino han quedado fuera de servicio. En la zona norte del enclave, donde se concentra la operación militar israelí contra Hamás, ya solo queda un centro en condiciones de admitir el ingreso de heridos.
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El portavoz del Ministerio de Sanidad palestino, Asharf al Qidra, declaró a la agencia Reuters este martes que había decenas de cuerpos en descomposición en el recinto de Al Shifa que no podían ser trasladados al exterior, al no poder contar con la protección del Comité Internacional de la Cruz Roja. Este organismo humanitario ha reiterado el martes que los hospitales se encuentran bajo la protección del derecho humanitario internacional para tiempo de guerra. “Pero si ocultan a combatientes sanos o depósitos de armas pueden perder dicha protección”, ha resaltado un responsable de la organización.
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