En Intermarché, “500 productos antiinflacionarios”; en Carrefour, “200 productos vendidos a 2 euros”; en Système U, “150 productos a precio de coste”; en Casino, “500 productos a menos de 1 euro ya precios fijos”… Las marcas intensifican su labor de comunicación para captar clientes y tranquilizarlos en este periodo de alta inflación. Pero cada uno inventa su propia receta de poción antiinflacionaria y la irradia. Un estado de cosas refrendado por Bercy, que anunció oficialmente, el lunes 6 de marzo, el abandono de su proyecto de canasta antiinflacionaria, a favor de una operación denominada “cuarto antiinflacionario”.

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El ministro de Economía presentó las conclusiones de las conversaciones con las distribuidoras y el acuerdo alcanzado, al término de una reunión en la que estuvieron presentes todos, excepto Michel-Edouard Leclerc, más proclive a comunicar sobre su comparador de precios. Bruno Le Maire recordó los objetivos del gobierno, ansioso por amortiguar el impacto de un repunte inflacionario sin precedentes desde la década de 1970.

Después de dibujar los escudos tarifarios sobre los precios del gas y la electricidad, quiso encontrar una solución a la inflación de los alimentos, un tema delicado donde los haya. Sobre todo porque el control deslizante alcanzó el 14,5% en febrero. Y que se avecinan nuevas subidas, tras las negociaciones tarifarias de productos de marca entre fabricantes y distribuidos, finalizadas el pasado 1oh Marzo.

“Creo en el libre comercio”

Inicialmente, Olivia Grégoire, ministra delegada a cargo de las PYMES, había mencionado el establecimiento de una «canasta antiinflacionaria», compuesta por una cincuentena de artículos de primera necesidad, cuyos precios habrían sido congelados para el conjunto de carteles. Esta iniciativa ha despertado una fuerte oposición, tanto del lado de los distribuidores como de la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores, preocupados por la remuneración de los agricultores. El proyecto fue abandonado.

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“Creo en el libre comercio. No podemos bloquear los precios administrativamente”, declaró el Sr. Le Maire, ahora abogando por el “trimestre antiinflacionario”. En términos concretos, los distribuidores tienen total libertad para desarrollar su oferta antiinflacionaria, ya sea en términos de productos, cantidad de artículos, nivel de descuento e incluso duración de la operación.

Para algunos, el trimestre comienza el 15 de marzo, para otros, termina el 15 de junio… La única concesión: los distribuidores deben colocar en los productos en cuestión un logotipo tricolor con las palabras «trimestre antiinflacionario». El gobierno también requiere que estas operaciones, que se refieren principalmente a productos de marca privada, se financien con los márgenes de las marcas. El Sr. Le Maire estima que esto debería costarles “varios cientos de millones de euros”. Aprovechó la oportunidad para enfatizar la necesidad de respetar la ley Egalim y, por lo tanto, preservar los márgenes de los agricultores.

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